Sí, sí. De eso es justo de lo que se trata.
Antes, mi proceso de filtrado de clientes era semejante a la de un colador de pasta.
No es que tuviera muchas opciones para seleccionar a los proyectos que me gustaban y dejar de lado los que no.
Y yo no quería un colador, quería un embudo.
Un embudo es el esquema que representa el proceso durante el cual un potencial cliente pasa a convertirse en comprador de tus productos o servicios.
Vamos, cuando se decide por ti en lugar de tu competencia.
Pero esto no ocurre gracias a la providencia, ni a las fórmulas, ni a las estrellas fugaces.
Es solo la consecuencia de generar impactos en tus potenciales compradores , a través de todos los canales en los que se encuentren, haciéndoles sentir que es “el destino, guiándolos hacia ti”.
Y que por eso eres la mejor opción por la cual deben decidirse.